miércoles, 28 de mayo de 2008

Buen Camino Alquimista.

He estado pensando en aquel horizonte que me mostraba, desde mi ventana, mi anelo por una libertad que deseaba y que creía que nunca llegaría. Es el día de hoy que después de no se cuantos años, siento que está llegando o que por lo menos me estoy preparando para darle la bienvenida.
Hoy me he dado cuenta de que aquel horizonte verde y valioso como una esmeralda no estaba tan lejos como pensaba. Como el alquimista he buscado por todo el mundo, dentro y fuera de mi, todo aquello que esperaba ser algún día y el destino me devuelve cada vez mas evidentemente al lugar del que partí. No solo mis pensamientos y mi corazón regresan libres después de tantas y tantas vueltas, sin saber en muchos casos lo que buscaba.
Se que todo lo que buscaba estaba dentro de mi y sigue estándolo y cada vez tiene menos miedo a salir. Convive en paz conmigo mismo y empieza a ser útil. Ha dejado de ser un estorbo. Ha pasado del negro al blanco. De ser una pieza oxidada a brillar con luz propia.
Me veo reflejado en aquella ventana que con gruesos barrotes negaba mi libertad. Unos barrotes que he ido forjando a lo largo de mi vida con vagas ilusiones de un mundo interior al que no pertenezco. He sido preso y carcelero de mis actos.
Hace algún tiempo que he conseguido la llave que abrirá mi celda. Como un réprobo desesperado, he conseguido esa llave sacrificando parte de mi vida entre engaños y mentiras, que uno acaba por creerse con el único afán de ser libre.
Ahora me concedo el indulto. Ahora me perdono.
Aun es el día de hoy que sigo mirando por la ventana, otra ventana verde esmeralda; una ventana que dista mil kilómetros de aquella que se cerro en mi partida. Desde aquí puedo verla abierta, llamándome, esperando a que vuelva y poder correr las cortinas para que entre de nuevo el sol.
Ha pasado el tiempo pero sigo viendo la misma cara de niño asustado reflejado en sus cristales, con los ojos abiertos como dos bueyes de mar, entregado a la llamada salvaje de un camino excitante que muy pronto se adivinaría turbio y desconcertante.

El mejor ingrediente: La Humildad

Estaba tomando un café, leyendo la prensa tranquilo y no deja de sorprenderme o más bien estremecerme que la portada de algunos de los periódicos dediquen páginas enteras a la polémica que ha levantado todo el asunto este de los cocineros. Me parece una frivolidad absoluta si tenemos en cuenta que más de la mitad de la población del mundo se muere de hambre... pero en muchas ocasiones esta "sociedad de bienestar" nos provoca cierta amnesia y ceguera y además, que coño, no tenemos otras cosas en las que pensar. En algo hay que ocupar nuestro tiempo.Para que preocuparnos del tráfico de nenes en Birmania o en los abusos sexuales que algunas personas en "misión de ayuda humanitaria" han llevado a cabo sin ningún tipo de escrúpulos. Por cierto por si alguien se lo pregunta el precio de estos nenes es de 60 €. Sale más barato comprar un niño que comer en muchos de los restaurante que hay por España.
Señores hagamos una pequeña reflexión y dejemos de mirarnos el ombligo por un momento…
Yo soy también cocinero y me produce una infinita tristeza ver como colegas de profesión, compañeros y artesanos cargan unos contra los otros.
Trabajo en un sencillo y humilde restaurante del Pirineo donde el principal ingrediente en cada uno de nuestros platos es la ilusión y el mejor aliño es el cariño.
Decidí abandonar el ritmo trepidante de la gran ciudad. Bajarme del rápido tren de la llamada “alta cocina” y embarcarme en un pequeño proyecto dirigido por personas de carne y hueso. Personas llenas de alegría y optimismo, y que creen aun en las pequeñas buenas cosas de la vida.
Aquí arriba, dentro de esta cocina arcaica y desgastada por el tiempo estoy aprendiendo más que cuando estaba al lado de los grandes maestros, porque a veces entre tanto instinto creador e innovador nos olvidamos de nosotros mismos y señores ahí está la clave del éxito, en no olvidarnos de quien somos ni de donde venimos.
Entre tanto esnobismo y reconocimientos uno a veces pierde el norte, y yo he sido el primero, no pretendo ser ni juez ni verdugo, y sólo cuando decides parar aprecias esos detalles, cuando asomas la nariz al mundo exterior y te das cuenta de que hay otras vidas posibles.
En este mi pequeño taller de artesanía me he dado cuenta de muchas cosas. Una de ellas me produce cierto escalofrío.
Elaboramos una cocina de las mal llamadas “de toda la vida” pues creo que la cocina sea tradicional o no sigue siendo de toda la vida, con ciertos matices claro. Pero es ahí donde quiero hacer hincapié y planteo varias preguntas: ¿Qué es más importante el contenedor o el contenido?, ¿ realmente somos tan superficiales que nos impacta más un bonito plato de loza que una buena escudella?. Yo me pregunto esto todos los días y sigo sin poder encontrar una respuesta que me acabe de satisfacer.
Y que decir tiene el diseño del establecimiento, o los astronómicos precios que hay que pagar por el simple hecho de que es “un plato muy elaborado”, olvidandonos completamente del producto y su procedencia.
Que quede claro que no crítico ni cuestiono nada de esto, cada uno hace y deshace a su antojo y todo es absolutamente respetable, creo que gracias a dios hay publico para todos los gustos y gustos para toda clase de publico, es solo que a veces me gusta reflexionar sobre todas estas cosas e invitar a todo el que quiera a hacerlo.
Esta claro que la cocina ha cambiado en formas y en contenidos, pero sigue siendo clasista.
Ya desde tiempo de los griegos o los romanos existía una clara diferencia entre los manjares de los dioses y la vianda del pueblo llano y hoy en día sigue siendo igual, por eso me hace tanta gracia que nos atrevamos a criticar la cocina de unos y otros cuando nadie esta libre de tirar la primera piedra.
Nos vemos afectados por una enfermedad que está acabando con todos nosotros. Yo la diagnostico como “eurismo”. Sus síntomas son detectados fácilmente:
El virus puede manifestarse en forma de papel o metal pero sus efectos sobre la persona son los mismos… perdida de la visión, apenas uno puede ver más allá de sus narices;
perdida sintomática del respeto por los demás e incluso en casos extremos por el respeto a uno mismo; perdida del sentimiento altruista; exaltación del ego…etc.
El antídoto es barato y se puede adquirir en cualquier parte: 500ml de humildad, administrado en pequeñas dosis, justo antes de irse a dormir. El resultado puede resultar sorprendente. No se necesita receta.
Toda esta verborrea venia con motivo de la polémica levantada por no se que declaraciones de no se que cocinero y las respectivas represalias.
Por favor disfrutemos mas de la vida, seamos compañeros y amigos de profesión. Que cada cual haga lo que le apetezca de una manera responsable y respetuosa. Escribamos libros donde se defiendan oficios como el de los agricultores, los pescadores, los pequeños productores, los cuales parecen caer en el olvido y que sin ellos la cocina, en todas sus manifestaciones no existiría.
Hagamos fuerza juntos para que La Administración y El Gobierno proteja a estos artesanos que están desamparados, y que en muchos casos se juegan la vida para que nosotros podamos hacer con sus productos algo más que una burda polémica.

Desgraciadamente sigo aqui disfrutando de mi café, mi diario, mi bienestar... no soy distinto.

lunes, 26 de mayo de 2008

Hijos de un Mar Mayor...

Tanto yo, que he nacido y he vivido cerca del mar como los que habeis nacido lejos de él, sentimos algo especial cuando nos acercamos a sus orillas y podemos contemplar toda su grandeza.
En el Mar de donde yo procedo las aguas son frías y bravas. Si te quedas unos minutos mirando fijamente sus espumas, puedes acabar arrastrado por el canto de las sirenas y perder totalmente tu consciencia.
Pierdes la certeza de donde empieza el cielo y donde termina el Mar, pierdes todo centro de gravedad y comienzas a despegarte del suelo, adormecido por el vaivén de las olas.
Desde sus acantilados parece que el mundo no continua... El planeta Mar te reclama y te invita a saltar al vacio para zambullirte atraido por su brisa y su aroma a algas. Algo profundo nos conmueve, algo tan profundo como el propio Mar.
Este sentimiento tan vivo hace que lo anhelemos cuando estamos lejos de él, que deseemos tocarlo, olerlo, sentirlo cerca. Sumergirnos en sus aguas nos devuelve al lugar de donde procedemos, a nuestro útero materno, donde todo comenzó.
Cada uno poseemos un trocito de Mar dentro...Nuestras lágrimas, nuestros fluidos, nuestra sangre, son parte del salado océano.
En el agua de Mar permanecen todos los elementos necesarios para la vida. No podemos olvidar que procedemos de él y por eso lo extrañamos cuando estamos tierra adentro e incluso aunque nunca lo hayamos visto. La madre naturaleza es sabia.
Nos transmite fuerza, energía, respeto, vitalidad, grandeza, inmensidad, libertad, alegría, ganas de vivir...¿ y a ti que te transmite ?.

"El Mar limpia todos los males de los hombres" Platón. Filósofo.
"Nuestra sangre y nuestra linfa son esencialmente agua salada encirculación, agua de mar diluida... un trozo de océano palpitante." Claude Chassé. Oceanógrafo.

Texto basado en el libro "Algas de Galicia" de Clemente Fernandez Sáa.

Fin de semana de las Trementinaires


Hola a tod@s, parece que me animo a continuar con mi blog asi que después no me vengáis con quejas eh!!!, tendreis que aguantar a Pipiripi de vez en cuando.
Este fin de semana ha sido un fin de semana especial para mi.
Como normalmente no pasa gran cosa en Tuixen pues claro una fiesta como la de las Trementinaires en mi vida ahora mismo es todo un acontecimiento.
Por si alguien no lo sabe las Trementinaires eran unas mujeres que recogían hierbas y plantas para hacer remedios medicinales que luego vendían por los pueblos desde aquí hasta las costas catalanas.
Pues bien, esta fiesta no es otra cosa que un homenaje a tantos años que dedicaron a llevar la esperanza y el alivio en forma de pocimas mágicas por todos y cada uno de los rincones de estos valles.
Can Custodi como no podía ser de otra manera se unió a este festejo y aportó su granito de arena con ilusión y esfuerzo.
El trabajo fue duro pero siempre merece la pena si estás rodeado de amigos cargados de esperanza y de generosidad...
Empezamos el sábado temprano, con fuerza e ilusión pero el tiempo no estaba con nosotros, llovía mucho y las nubes se cerraban en el valle como si fuesen a tragarnos. Pero el mal tiempo no consiguió desanimarnos y en la puerta se colgo la pizarra :"hay huevos de casa con chistorra".
El día pasó rápido y sin darnos cuenta estabamos quemando unos ramilletes de hierbas en la hoguera de la plaza.Pidiendo deseos para todos, salud, amor, felicidad, lo típico en estos casos..
Yo quemé unos cuantos ramilletes porque tengo que pedir por muchas personas, por las que tengo lejos, por las que han aparecido hace poco en mi vida y por las que se que nunca desaparecerán..
Los ramilletes precedieron a los bailes en la plaza mayor y cuando nos quisimos dar cuenta estabamos todos cantando y bailando hasta bien entrada la noche.Los músicos nos arrastraron hasta el restaurante como el flautista de Hamelin y ahí el tiempo dejo de importar.
El domingo nuestros cuerpos amanecieron cansados pero todo aquello merecía la pena.Sin duda habrá un antes y un después de todo lo que pasó en aquel fin de semana porque no hace falta que pase nada extraordinario para cambiar un poco el curso de nuestras vidas o de nuestras historias, sólo hace falta tener ilusión por las pequeñas cosas de la vida y mucha, mucha alegría.
Ese fin de semana alguien gritó: "al mal tiempo buena cara".

miércoles, 7 de mayo de 2008

ya soy blogger gracias a diego !!

Ya estoy en la mierda....Como tengo pocas cosas en las que pensar y me queda tanto espacio en el disco duro de mi cabeza pues voy y me animo, y me meto en esto de los blogs, con el extres y la responsabilidad que ello conlleva, actualiza, navega, corresponde a tus visitantes, todo eso sin saber aún como se enciende un ordenador. Pero en fin por intentarlo no me voy a morir y quien sabe al final seguro que le cojo el gusto.

Un saludo.